Si hace pocos días hablábamos de los cambios que Facebook ha llevado a cabo en sus algoritmos para dar prioridad a las conversaciones dentro de la propia red de contactos de cada usuario, hoy es el turno para hablar de Twitter.
Internamente esta red social disputa una fuerte batalla para definir cómo pueden combatir las fake news y, en definitiva, poder evaluar la salud de los tweets/conversaciones que se cuelgan cada día y en todo el mundo.
La lucha para mejorar el tono y la calidad de los comentarios e informaciones que se vierten cada día en la red es el pan de cada día para muchos. No sólo para Twitter, sino también para Facebook e incluso en para webs de noticias, foros y hasta para los Gobiernos (Se habla ya de la creación de un Ministerio de la Verdad).
Fake news que interfieren en resultados electorales, comentarios despectivos o insultos, bulos que se expanden como la pólvora... El problema tiene ya dimensiones globales y los malos rollos en las redes se expanden.
Este martes día 1 de Marzo el CEO de la empresa, Jack Dorsey, se explayaba a gusto en una serie de tweets en los que admitía que la red social había fallado y que estaba "broken", o roto como se diría en castellano. Veamos alguno de sus tweets, colgados en el mismo día:
We’re committing Twitter to help increase the collective health, openness, and civility of public conversation, and to hold ourselves publicly accountable towards progress.
— jack (@jack) 1 de marzo de 2018
We have witnessed abuse, harassment, troll armies, manipulation through bots and human-coordination, misinformation campaigns, and increasingly divisive echo chambers. We aren’t proud of how people have taken advantage of our service, or our inability to address it fast enough.
— jack (@jack) 1 de marzo de 2018
We simply can’t and don’t want to do this alone. So we’re seeking help by opening up an RFP process to cast the widest net possible for great ideas and implementations. This will take time, and we’re committed to providing all the necessary resources. RFP: https://t.co/SFb3e8joLl
— jack (@jack) 1 de marzo de 2018
Se refería a varias cosas al mismo tiempo pero, en resúmen, admitía que se habían equivocado en la forma en la que se vigilaban/controlaban las conversaciones negativas dentro de la red y los fake news.
Con conversaciones negativas nos referimos a lo que el propio CEO describió en una lista:
"Hemos sido testigos de abusos, hostigamiento, ejércitos de trolls, manipulación a través de bots y coordinación humana, campañas de desinformación y ecos cada vez más divisorios. No estamos orgullosos de cómo las personas han aprovechado nuestro servicio o nuestra incapacidad para abordar el problema lo suficientemente rápido"
En el mundo tech pocas veces se ve tanta sinceridad y es de admirar que alguien como Dorsey admita el fracaso a la hora de contribuir a la proliferación de las fake news, las actitudes extorsionadoras de ciertos usuarios, los insultos y demás contenido negativo que circula a sus anchas hoy en día por la red.
La diferencia entre cómo Dorsey pretende abordar el asunto y el plan de Mark Zuckerberg es, sin embargo, enorme.
Mientras Facebook cortó por lo sano y gestionó el problema con soluciones cómo las variaciones en sus algoritmos. Twitter ha admitido públicamente que el asunto les desborda, que no tienen ni idea de cómo solucionarlo y que necesitan ayuda.
Our friends at @cortico and @socialmachines introduced us to the concept of measuring conversational health. They came up with four indicators: shared attention, shared reality, variety of opinion, and receptivity. Read about their work here: https://t.co/A12ZrACs8Z
— jack (@jack) 1 de marzo de 2018
El plan de Twitter no es otro que contar con la inteligencia artificial para evaluar la calidad de sus conversaciones en la red y actuar así de una manera rápida y efectiva.
En la actualidad sus herramientas para "verificar" la buena salud de estas conversaciones viene dada en su mayor parte por los propios usuarios, quienes tienen a su disposición distintas formas de denunciar un tweet insultante, o incluso fake news.
Sin embargo, lo cierto es que sus capacidades internas para actuar son muy limitadas y hay una necesidad enorme de actuar a un nivel mayor y más rápido. Y eso es lo se pretende hacer con la ayuda de una empresa y un MediaLab mencionados por Dorsey en sus tweets: Cortico y Social Machines.
Los tweets del propio CEO de twitter demuestran que el problema es ya demasiado grande como para mirar hacia otro lado o hacer cambios algorítmicos internos que poco o nada contribuirían a erradicar el problema.
Esta situación, como bien describíamos anteriormente, preocupa en general a todos aquellos con presencia online, sean empresas, diarios, etc... Sin duda la delgada línea entre la libertad de expresión y la calumnia es más estrecha que nunca y el debate está servido en la calle.
Twitter ha dado el primer paso reconociendo la dimensión del problema y admitiendo que las soluciones se les escapan.
Esperaremos a ver qué opciones traen la inteligencia artificial y el machine learning para comprender y abordar la situación actual.
Y mientras esto sucede, ¿Os imagináis a un bot controlando, echándoos la bronca o, simplemente, no aprobando lo que escribís en vuestros perfiles de redes sociales?
¿O a servidor en la nube cuyo objetivo es evaluar si un tweet vuestro es censurable o no?
¿Dónde están los límites entre nuestra libertad de decir lo que queremos decir y no herir a otra persona? Todos ellos son escenarios que puede que muy pronto veamos...
Por el momento, y sin cesura alguna, puedes dejarnos tu comentario sobe este tema aquí abajo.
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